En la era de la sobrecarga de información, percibimos cada día más información redundante y fragmentada. La gente desea volver a un estado de vida más genuino.
El minimalismo, surgido en la década de 1960, no sólo ha vuelto a la vista del público, sino que se ha vuelto cada vez más frecuente con su simplicidad y pureza características.
En nuestra vida diaria, el minimalismo también nos influye en mayor o menor medida. Desde la arquitectura, la decoración, el hogar hasta la fotografía, el arte, la ropa y muchos otros campos, se puede ver su figura. Como estilo artístico, el principio básico del minimalismo es controlar la complejidad con la simplicidad, conservando las partes clave que pueden atraer la atención del espectador y organizando elementos como líneas, formas, colores, espacios en blanco y composición de una manera más efectiva.
El minimalismo consiste en crear un estado de ánimo infinito y de ensoñación en un espacio limitado.
¿Qué es el minimalismo?
Menos no es vacío, sino simplificado; más no es redundante, sino perfecto. El minimalismo, que busca la simplicidad y reduce la complejidad y la simplicidad en el nivel de expresión visual, se centra esencialmente en el enfoque y la función. En la creación de productos, el minimalismo expresa ideas y conceptos ricos en formas simples. La apariencia, los colores y los materiales se simplifican al máximo para formar un efecto visual más puro.
En el uso de la exhibición, el minimalismo descarta la mayor cantidad posible de información secundaria y engorrosa, creando un punto focal visual.
En resumen, cuantos menos elementos redundantes haya, más ligera será la carga cognitiva del usuario y mayor será la atención del elemento principal. A partir de estas leyes, también podemos vislumbrar por qué cada vez más usuarios eligen el minimalismo: porque bajo una decoración compleja y suntuosa, es fácil ocultar las características del objeto en sí y opacar visualmente el foco principal.
El minimalismo no es ahorro de costes
El minimalismo no se trata solo de recortar y eliminar, sino también de encontrar detalles y sorpresas cuando se observa con atención. Propugna la "simplicidad sin reducción".
Utilizando menos elementos para organizar e integrar, creando sorpresas simples pero no aburridas, la forma del diseño también contiene su propio sistema de interior, desde la superficie hasta el interior. La simplicidad de la forma no equivale necesariamente a la monotonía. La imagen final del toro, que representa una gran área de espacio blanco con líneas minimalistas, expresa un estado de ánimo maravilloso, sin colores complicados, sino más bien más espacio para la imaginación. El minimalismo también es el proceso de metamorfosis de la rudeza al refinamiento. En el proceso de pensar y diseñar, primero hacemos la adición para aumentar la información y reunir todas las inspiraciones y elementos; luego eliminamos la complejidad y simplificamos, y hacemos la sustracción para resaltar los puntos clave, de modo que el espacio y los objetos mismos se conviertan en la música más armoniosa.
El minimalismo que carece de contenido puede ser demasiado simple tanto en forma como en sustancia, descartando inconscientemente los elementos necesarios para que la gente no sienta el valor y la importancia del diseño. Lo que presenta el minimalismo, aunque extremadamente simplificado, no significa simplicidad en efecto, e incluso puede entenderse como otro tipo de lujo. Por ejemplo, en nombre de la estética minimalista del estilo japonés wabi-sabi, en la superficie simple y sin adornos, revelando la belleza del sentido de la edad, moteada entre la extensión de la imaginación de la gente, creando un estado de ánimo simple pero extravagante.
Las características esenciales del minimalismo
El estilo industrial posmoderno en blanco, negro y gris, el estilo minimalista escandinavo mori, la estética japonesa wabi-sabi, la estética tradicional china del espacio blanco… entre diferentes culturas, la belleza del minimalismo tiene sus propias características, pero también mucho en común. El propósito del espacio blanco es resaltar el tema principal, presentar el centro de gravedad visualmente y, por lo tanto, enfatizar y resaltar el tema principal en la imagen.
La cantidad adecuada de espacio en blanco permitirá que el sujeto adquiera una expresión más fuerte. En el diseño espacial, el espacio en blanco puede guiar el flujo visual del usuario, dirigiendo la atención del usuario a un elemento específico; cuanto más espacio negativo haya alrededor de un elemento, mayor será la probabilidad de que el elemento reciba atención. En el diseño minimalista, el color es un vínculo importante para construir una conexión emocional entre el usuario y el producto, y generalmente se utilizan tonos poco saturados o una combinación de colores con una pequeña cantidad de colores. Al resaltar el sujeto a través del contraste directo, los usuarios no se distraen fácilmente, lo que crea una fuerte tensión visual.